Una ciudad, dos puentes que atraviesan
de orilla a orilla el pecho de mi río
cuerpo que huye, agua que se aprieta;
dos brazos maternales
que se levantan sobre el lecho
sonoro, dos fronteras
abiertas, paso franco
a tanto ir y venir de pies desnudos.
En medieval suspiro de dovelas
descarnadas, romana sillería,
el Puente Viejo. El otro puente, altivo;
cuerpo sonoro de metal fulgente
con arquería de plata.
Y los dos resistiendo
el óxido y la herrumbre de la guerra,
el bombardeo de los años, el
mal que da a la piedra la metralla.
de orilla a orilla el pecho de mi río
cuerpo que huye, agua que se aprieta;
dos brazos maternales
que se levantan sobre el lecho
sonoro, dos fronteras
abiertas, paso franco
a tanto ir y venir de pies desnudos.
En medieval suspiro de dovelas
descarnadas, romana sillería,
el Puente Viejo. El otro puente, altivo;
cuerpo sonoro de metal fulgente
con arquería de plata.
Y los dos resistiendo
el óxido y la herrumbre de la guerra,
el bombardeo de los años, el
mal que da a la piedra la metralla.
The bridges of Talavera in a poem by Joaquín Benito de Lucas