Los derrumbadores y horribles percipicios de nuestro cerebro se disipan y la dulce imagen de lo llano, de lo apacible, de lo apropiado a la existencia del hombre, llena nuestra mente. Todo se anuncia ya, ¡oh deseada Potes ! villa ílustre y señora de estos adustos lugares.
Benito Pérez Galdós